La falta de lluvias en los últimos años no sólo ha provocado un progresivo descenso del nivel de agua embalsada en el pantano del Negratín, que se sitúa actualmente en el 45 por ciento de su capacidad total. La sequía ha retrasado en más de un año un ambicioso proyecto de restauración medioambiental del entorno del embalse del Ministerio de Medio Ambiente, valorado en más de 3, 7 millones de euros.
Este programa debió iniciarse en 2004, pero la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se vio obligada a posponer la planta de nuevas especies “porque no ha llovido en dos años”, según los técnicos del servicio forestal de la Confederación. La repoblación, fundamentalmente de pinos y enebros, se pudo iniciar durante 2005 en el término municipal de Freila y en el entorno de la presa del Negratín. Este plan de restauración hidrológica, cofinanciado por el Fondo de Desarrollo Regional de la Unión Europea, tenía un plazo de ejecución de 23 meses por lo que acumula ya un retraso de más de año y medio.
El nivel de erosión del entorno del Negratín, especialmente el paraje denominado “Las Juntas” -donde confluyen los ríos Guadiana, Guadalentín, Castril, Guardal, Cúllar y Baza-, está calificado por la Confederación como “muy grave”, que ha originado un paisaje semidesértico.
La regeneración de esta zona oriental de Granada contempla la plantación de árboles en los terrenos expropiados y la reposición de plantas muertas en la zona de protección del embalse, que abarca los términos municipales de Baza, Benamaurel, Cortes de Baza, Cuevas del Campo, Freila y Zújar. La empresa contratista es Naturmas, que continuará con el plan en las zonas más afectadas por la erosión para evitar consecuencias más dramáticas, como la pérdida física del suelo.
