La conocida Alquería de Rosales, donde se encuentra la Facultad de Estudios Andalusíes, ofrece en verano estancias turísticas combinando rutas y cultura andalusí

La provincia de Granada da una bienvenida muy especial al viajero que desde Jaén osa adentrarse en el municipio de la Puebla de Don Fadrique atravesando el puerto montañoso del Pinar de la Vidriera. Aunque, sin duda, el visitante granadino lo tiene mucho más fácil por la A-330 desde Huéscar, ambos rumbos van a parar a la Alquería de Rosales, un bello lugar donde Abd al-Samad y Maimuna tienen abiertas las puertas de la Asociación Cultural Azzagra.
la madrasa de puebla de don fadrique es un fresco lugar de descanso con vistas a la sagra
la facultad de estudios andalusíes ofrece cursos y estancias turísticas durante el verano
Para quien quiera acercarse a la cultura andalusí, los huéspedes pueden asistir a conferencias o iniciarse en la lengua árabe mientras toman un té en la terraza de la Alquería.
Abd al-Samad, nombre musulmán del profesor Antonio Romero, director de la Facultad, es también miembro del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica y teniente de alcalde en el Ayuntamiento de su pueblo. Él y su mujer, Maimuna, se consideran “musulmanes occidentales” sin otro afán que ofrecer desde su lugar natal, y desde su propia casa, sus conocimientos del Islam a los demás.
Cultivo ecológico y sangría sin alcoholLa trayectoria del profesor Antonio Romero en el movimiento verde y ecologista también la ha aplicado al funcionamiento de la Alquería de Rosales, donde los residentes pueden iniciarse en el cultivo y la ganadería ecológica en las extensiones agrícolas que rodean la madrasa.
Además, sus productos se pueden degustar en el restaurante de la Alquería de Rosales, que está abierto todo el año al turismo, aunque Maimuna recomienda llamar previamente a la visita y encargar el menú que se quiera probar.
De hecho, de esta manera podremos regalar al paladar el delicioso “halal”, siguiendo, por supusto, el rito musulmán. La tetería de la Alquería también permanece abierta al público todo el año y, aparte de los tés, podremos pedir la problamente única sangría sin alcohol que prepara Maimuna, que también da la bienvenida al visitante con “la misma limonada con la que recibía Lorca a sus amigos”, confiesa Maimuna orgullosa.