4/2/07

Las caras de la represión. Cúllar (Granada), 1936-1947

Con motivo de este proyecto, que se presentó en Cúllar (Granada), tuve la oportunidad de visitar, a finales del año pasado, el cementerio de esta población, donde me contaron una interesante historia, sobre la que escribí el reportaje "Las caras de la represión":

“Aquí yacen los restos de 5 compañeros”. Así reza la inscripción de una de las lápidas del cementerio viejo de Cúllar, en cuya entrada consta la antigüedad del camposanto: 1880. La tumba a la que nos conduce el concejal cullarense Roque Navarro está ahora especialmente cuidada, pero él mismo nos cuenta que estaba bastante deteriorada hasta que hace poco tiempo fue arreglada por los enterradores municipales. De hecho, fue el Ayuntamiento quien propuso adecentarla después de comprobar que una mujer seguía visitando el sepulcro a menudo, que limpiaba y sobre el que depositaba flores frescas.

Roque Navarro dice conocer a la mujer que está al cuidado de este misterioso enterramiento. “Su madre ya venía al cementerio a limpiar esta lápida, deben ser simpatizantes históricas del Partido Comunista, pero aún mantienen en secreto su historia, quizá por temor a represalias”.
Si bien la identidad de las almas que allí descansan sigue en el anonimato, la historia de aquellos “cinco compañeros” que todavía hoy son homenajeados desde su descanso muy pronto puede quedar desvelada.

Una casualidad ha hecho relacionar esta misteriosa lápida con el reciente descubrimiento de unos documentos en el Juzgado de Cúllar. Consultando los archivos judiciales, un funcionario encontró cinco actas de defunción firmadas por la Guardia Civil, datadas en 1947 y en las que todos los fallecidos constan como “desconocidos”.

Como un hecho sin duda curioso, se lo contó este funcionario a Adrián Castillo, locutor de la emisora municipal, una anécdota más que pudiera relatar en su programa “Crónicas de Cúllar”. Adrián se dedica de manera apasionada a repasar en un espacio radiofónico la historia local del municipio a partir de datos que llegan a sus oídos o documentos que investiga en el Archivo Municipal.

“Pero este dato –revela Adrián- me llamó mucho la atención y lo relacioné inmediatamente con la represión de posguerra”. De hecho, el documento puede ser uno de los testimonios que formen parte de la recuperación de la memoria histórica de Cúllar, un pueblo con un espinoso pasado que el Ayuntamiento pretende rescatar y reparar con la colaboración de todos.

“Las caras y voces de la represión: Cúllar, 1939-1945” es el nombre de este proyecto, redactado por el hermano de Adrián, el historiador Javier Castillo. La lectura de este documento, presentado a la línea de ayudas de la Consejería de Justicia para la recuperación de la Memoria Histórica, da una idea de lo que supuso la represión en este municipio.

Cúllar, que permaneció durante toda la guerra leal al gobierno republicano, fue paso obligado de tropas desde el Levante hacia los frentes de Granada, Jaén y Córdoba. Además, como recuerda Javier Castillo, “se ubicaba junto a Baza, nueva capital provincial y sede el Estado Mayor del Ejército Popular de la República en Andalucía”.

Cúllar fue ocupada el 29 de marzo de 1939 por las tropas franquistas. “Inmediatamente comenzaron las detenciones, los interrogatorios, las torturas y la elaboración de fichas clasificatorias”, relata Castillo. Los encarcelamientos fueron masivos en las distintas prisiones habilitadas en Baza, “convertida entonces en una inmensa ciudad-prisión”.

Castillo asegura que, con los datos con los que se cuenta actualmente, “se sabe que al menos un centenar de cullarenses sufrieron juicios militares y fueron condenados entre 1940 y 1944 a penas que oscilaban entre los seis meses y un día a la reclusión perpetua, y en algunos casos, penas de muerte, que fueron o no conmutadas.

El documento hace referencia también a un número indeterminado aún de exiliados a Francia, Argelia o México que, en el algunos casos, “en el colmo de la desgracia, acabarían despareciendo en los campos de exterminio nazi”. Castillo recuerda que hay constancia “de al menos tres cullarenses fallecidos en Mauthausen y Gussen en 1941-1942”. “Los padecimientos de ellos y de sus familias, tanto desde el punto de vista económico como social y moral, se prolongarían en el tiempo, casi hasta nuestros días”, concluye esta conmovedora memoria de la posguerra.

Maquis
Tanto Adrián como Roque coinciden en contextualizar la historia de la lápida del cementerio en el paisaje de guerrillas que tuvo lugar en esta época y que en Cúllar forma parte del recuerdo popular. “Las zonas montañosas entre Almería y Granada fueron refugio de muchos maquis que acabaron bajo las balas de la Guardia Civil”. En Cúllar se conoce la historia del guerrillero “Carbonero”, que murió en un paraje de Venta del Pera, la Majada de los Masegosas, “a consecuencia de las heridas sufridas por metralla y fusil en combate con la Guardia Civil”, según consta en su acta de defunción en el Registro Civil de Cúllar, datada el 8 de noviembre de 1941 y hallada recientemente por el propio Javier Castillo.

Todo parece apuntar a que este último hallazgo casual de nuevas actas de defunción datadas en la posguerra corresponden a los cuerpos que descansan en la misteriosa lápida del antiguo cementerio.

Pero aún queda mucho por investigar, en los archivos, en los cementerios y, sobre todo, en la memoria de los que, a pesar de los años transcurridos, aún tienen miedo de recordar en voz alta.

2.500 euros para recuperar la memoria
El proyecto “Las caras y voces de la represión” pretende, ni más ni menos, el reconocimiento institucional y social de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la Posguerra. Es decir, “poner rostro, voz y sentimientos a los fríos documentos donde quedó constancia de la represión” La rehabilitación moral de los protagonistas de este lamentable episodio y de sus familias se hará con entrevistas, debates, exposiciones cuyos en archivos gráficos y sonoros formarán parte del Archivo Municipal de Cúllar, “a disposición de todos los ciudadanos que quieran consultarlo o enriquecerlo con nuevas aportaciones”. El presupuesto para esta loable iniciativa no supera los 2.500 euros.