4/2/07

El abrazo de Huéscar

La ciudad oscense celebra los de 25 años de paz con Dinamarca, tras una peculiar guerra de 172 años cuyo armisticio fue noticia en todo el mundo.
LIDIA M. UCHER. Publicado en La Opinión de Granada el 17 de julio de 2006

“Queremos ser un símbolo del cambio de actitud que nuestro mundo necesita”. Así se expresaba el pueblo de Huéscar en el “Bando de la Paz” que en 1981 dio la vuelta al mundo. Un curioso episodio de la historia del que se cumple este año el 25 aniversario y que Huéscar quiere celebrar por todo lo alto . Se trata de la famosa “Guerra con Dinamarca”, que sin saberlo Huéscar mantuvo durante 172 años.

El “descubridor” de esta anécdota fue el oscense Vicente González Barberán, entonces delegado del Ministerio de Cultura en Granada, que recuerda como, hasta el 2 de mayo de 1808, España y Francia eran aliados y, en virtud de esta alianza, los franceses invaden Dinamarca con diez mil españoles en sus filas. “Pero entramos en guerra con Francia -cuenta- y, de la noche a la mañana, estos soldados pasan a ser enemigos”. El reino danés se niega a repatriar a los soldados españoles y, en 1809, queda declarada la guerra. Cuando la orden llega al Ayuntamiento de Huéscar, la “muy noble y leal” ciudad declara la hostilidad contra Dinamarca.

Pese a que en esta “guerra” no hubo enfrentamiento bélico ninguno, las circustancias de la ocupación francesa hacen que la firma del armisticio quede en el olvido hasta que en 1981 el Ayuntamiento de Huéscar decidió celebrar la “paz” con un hermanamiento entre ambos pueblos. Así, oscenses y daneses protagonizaron el 11 de noviembre una ceremonia de amistad cuya repercusión fue internacional.

El Archivo HISTÓRICO Municipal de Huéscar conserva los documentos que dan fe de la trascendencia política y mediática que tuvo este “armisticio”. Entre ellos, encontramos el “Bando de la Paz”, las declaraciones de guerra a Dinamarca por el consistorio oscense, o imágenes de la celebración del fin de las “hostilidades” entre daneses y oscenses.

Pero fue la prensa quien otorgó al acontecimiento relevancia internacional con la difusión de la peculiar noticia de una guerra tan larga sin enfrentamientos ni víctimas. De hecho, una exposición que prepara el consistorio oscense concede el protagonismo al “valor de lo escrito”: las publicaciones que se hicieron eco de laz paz entre dos pueblos, a través de artículos, viñetas, columnas de opinión y fotografías.

TODO COMIENZA con una crónica de esclarecedor título: “Hay que arreglar lo de Dinamarca”. Su autor, González Barberán, daba a conocer así en la revista local “La Sagra”, en mayo de 1981, que Huéscar estaba en guerra con Dinamarca y que este hecho “podía ser un inconveniente si España decidiera ingresar en la OTAN”.

Desde las mismas líneas, Barberán se ofrece como mediador para poner fin al “grave problema diplomático”, que según dice, puede acabar con “un sabroso intercambio de nuestro buen jamón con los famosos aperitivos daneses”. Y así fue, pero antes las gestiones de Barberán dieron con un documento inédito: el decreto por el que el gobierno español declaró la guerra a Dinamarca, que ni las autoridades danesas ni españolas conocían. Rápidamente, la noticia se recoge por el diario Ideal, Patria de Granada, La Vanguardia, Radio Nacional de España, la agencia Efe, así como los periódicos daneses y de todo el mundo. Mientras, las negociación del litigio también da sus frutos: el embajador de Dinamarca en España acepta “hacer las paces”. El acto de confraternización se fija para el 11 de noviembre.

EL REFLEJO en los medios de comunicación de lo que hoy es ya parte de la historia es realmente curioso e interesante conocer. La oportunidad llegará este otoño, cuando el Ayuntamiento de Huéscar, en colaboración con la Diputación de Granada, conmemorará el 25 aniversario de este acontecimiento histórico que, ante todo, supuso una aliento a la amistad entre los pueblos y que muchos vieron como un modelo para lograr la paz mundial.

Barberán: “Ójala todas las situaciones bélicas fueran
como la nuestra con dinamarca: un documento histórico, una anécdota y la firma
de una paz duradera”