31/3/06

Mujeres rurales en pie

14 mujeres residentes en localidades de la comarca bastetana aprenden a elaborar productos cárnicos como medio para cualificarse y lograr su primer empleo. Baza ha sido pionera en impartir este curso, enmarcado en el programa “Mujer Rural” de la Consejería de Empleo.
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Ana está entusiasmada con la experiencia que ha vivido en las últimas semanas. Agradece a todo el mundo –especialmente al profesorado y al empresariado- que la hayan tratado, a ella y a sus trece compañeras de curso, “como personas”. Acaba de terminar el curso que la ha cualificado profesionalmente como elaboradora productos cárnicos y ahora trabaja en prácticas en Jamones Quesada.

Vive en Caniles, está casada y es madre de dos hijos. Tiene 28 años pero hasta ahora no había trabajado nunca fuera de casa. “Durante siete años he sido ama de casa y sólo me he dedicado a cuidar a mis niños”, afirma. Después de este tiempo, en el que sus hijos han crecido y van al colegio, “necesito salir de mi casa y desarrollar mi vida personal como mujer”, explica honestamente Ana. Con la decisión tomada, se dirigió al servicio Andalucía Orienta de la Mancomunidad de Municipios, “donde me asesoraron y me hablaron de este curso”. Ahora sólo tiene buenas palabras para describir su experiencia durante las clases, en las prácticas y el trato con los profesores. Asegura que su marido le ha apoyado “al cien por cien” para que salga de casa “y no me quede estancada como las mujeres de antes”, dice. También se alegra de que la mayoría de sus compañeras estén ya trabajando en alguna de las industrias cárnicas de la comarca de Baza y que las demás, “aunque no puedan trabajar ahora porque sus hijos son mucho más pequeños”, tengan todas un empleo esperándoles gracias a la formación que han recibido durante dos meses.

Es el caso de María José González, que está casada y con 30 años no tiene hijos pero sí que está a punto de tener el primero. Dado lo avanzado de su embarazo y su próxima maternidad, ha preferido no empezar ahora a trabajar, “pero en cuanto tenga a mi niña, aceptaré las ofertas que tengo”. El Instituto Jiménez Montoya, donde María José estudió un módulo de conservería, fue donde supo de este curso. Se decidió rápidamente por la relación que guarda con su formación inicial. Asegura estar contenta con sus profesores, “que son maravillosos”, y con todas sus compañeras.

Antonia Marín, a sus 41 años, tiene ya dos hijos de 18 y 21 años. “Ya los tengo criados, y aunque he trabajado siempre en el mundo de la confección, estaba cansada de que no se me reconociera como mujer trabajadora”. Así, acudió al Servicio Andaluz de Empleo y aquí le informaron del curso. “Me pareció muy interesante por las oportunidades que me podía dar”, asegura. Antonia reconoce que ahora “estoy muy contenta, me siento activa, orgullosa de mí misma y capaz de llegar a todo”, afirma. En casa le dijeron que “estaba loca y que no podría llegar a todo”, pero ella dice que “aquí estoy y muy satisfecha”.

Del curso recuerda el compañerismo con el resto de alumnas y sus profesores –“que se han implicado en todos los sentidos”. Antonia ha tenido la suerte de encontrar trabajo incluso antes de terminar el curso, por lo que asegura que por fin ha encontrado “lo que buscaba como mujer trabajadora” y que se siente mejor que nunca “en un trabajo que me gusta y rodeada de un gran equipo”.

En el acto de entrega de diplomas, el delegado provincial de Empleo, Luis Rubiales, se comprometió con la Asociación de Empresarios del altiplano granadino a conceder todos los programas de formación que sus asociados soliciten a la Consejería de Empleo, “porque queremos que ni una mujer, ni un hombre, se quede sin trabajar por falta de formación”, afirmó.

Manuel Piernas, uno de los empresarios cárnicos que han colaborado en la inserción laboral de las alumnas de este curso constató que “la falta de formación de las mujeres es lo que les impide acceder al empleo que demanda la comarca”, por lo que valoraron muy positivamente que estos cursos lo consigan.

En el mismo sentido se pronunció el alcalde de Baza, Antonio Martínez, que consideró necesario el que los cursos “se vinculen aquí a la industria cárnica, que en esta comarca tiene un gran empuje desde hace años y esta colaboración puede ser muy fructífera”.