19/10/12

La esperanza venció al miedo, 10 años después

Todas las opiniones que hemos podido recoger durante la elaboración de este trabajo coinciden en destacar el gran momento de esperanza que vive Brasil tras la victoria de Lula.

Desde el que consideramos sin duda el movimiento actualmente más poderoso de América Latina, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra, hasta el IBase -Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Económicas-, pasando por intelectuales de izquierdas como Frei Betto, y todos los movimientos sociales que han mostrado su  apoyo a Lula, como la CONTAG -Confederação Nacional dos Trabalhadores na  Agricultura-, la CUT –Central Única dos Trabalhadores- y el propio Partido de los Trabajadores, el PT, vencedor después de tres intentos con Lula como candidato, ahora presidente electo de Brasil.

Lula enfatizó en su primer discurso a la nación tras la victoria que su país “está cambiando en paz, y lo más importante es que la esperanza le ganó al miedo, Brasil votó sin miedo de ser feliz".

La victoria de Lula supone todo un acontecimiento histórico a la vez que un reto para  el que será el nuevo presidente de Brasil tras su investidura el próximo 1 de enero. Él  mismo reconoció que la “responsabilidad” de dirigir los destinos de su pueblo “es muy grande”:
“Es necesario convocar a toda la sociedad, a los hombres y mujeres de  bien, a toda la sociedad, a los empresarios, a los sindicalistas, los intelectuales y los  trabajadores rurales, para construir un país más justo, fraterno y solidario". 
El amplio programa de gobierno de Lula se basa en una política de crecimiento económico que logre reducir las enormes desigualdades existentes en el país, para lo que el PT propone un modelo de desarrollo alternativo junto a la democratización del estado y de las relaciones sociales, así como la disminución de la dependencia externa.

Este nuevo pacto social supone una reforma tributaria, laboral, política, de previsión social y la fundamental reforma agraria.

El programa “Un brasil para todos” contiene además medidas para el desarrollo y la distribución de la renta, la protección social a través de medidas como la garantía de una renta mínima –orientada hacia una política de renta básica-, y otras orientadas a la salud, la educación y la asistencia social.

Por último, el programa gubernamental resume las medidas referentes a infraestructura y desarrollo sostenible, destacando la protección de la diversidad medioambiental y cultural brasileñas.

El plan de gobierno en este punto se orienta claramente hacia una descentralización que promueva la participación social en acciones de desarrollo local y regional,así como un desarrollo urbano y un uso de energía respetando el impacto medioambiental. 

No obstante, Lula advirtió que la compleja situación que vive su país no podrá ser resuelta de la noche a la mañana "con pases de magia". Y es que sólo el programa agrario pretende una modernización de la agricultura brasileña asentando una  agricultura familiar que representa el 33% del país, respetando la seguridad alimentaria a la vez que manteniendo la capacidad exportadora y permitiendo el desarrollo social del mundo rural.

La necesaria expropiación de tierras para lograr la soberanía alimentaria del Brasil se encontrará sin duda con la oposición de la  oligarquía latifundista que goza de un poderoso estatus económico. 

Además, Lula debe encontrar los recursos económicos suficientes para llevar a cabo estas medidas sin desatender una evidente presión social por resolver otros problemas de índole educacional y sanitaria. 

No hay que olvidar tampoco que Lula tiene minoría parlamentaria y que no cuenta –por el momento- con el apoyo ni de las fuerzas armadas del Brasil ni con la derecha conservadora de Estados Unidos y su política de hegemonía mundial, donde Brasil tiene un importante factor geoestratégico. 

Contra estas limitaciones, Lula deberá buscar grandes alianzas sociales para generar una voluntad real de transformación social y económica que derive en una estabilidad durante la aplicación del programa de gobierno.

Para ello, Lula tiene a  partir del 1 de enero cuatro años por delante.

La esperanza venció al miedo. Reforma agraria y soberanía alimentaria en el Brasil de Lula.   Introducción.  CERAI, 2002