16/10/09

La pregunta

El tren de largo recorrido avanza en dirección noreste, el viaje es lento, pero vamos juntos. Nos arropamos junto a las maletas cargadas de ropa de abrigo, bolsos grandes por el que asoman pizpiretos nuestros gorros, de lana, cuero, punto, rojos y negros, las cazadoras ceñidas a la cintura. Una mirada melancólica se refleja a través del ventanal, sólo ve campo bañado en sol, cumbres nevadas y señales hacia un destino paralelo.

Debo bajar del tren antes que él, sin maletas bajo al andén, sé que me espera en otra parada, intento correr para alcanzar la próxima, tengo esperanza en llegar pero fríamente sé que es misión imposible, ¿cómo lo haré?, no dejo de pensar mientras corro deprisa, sin saber a dónde, pero corro, quiero llegar a la próxima parada, él me espera con mis maletas pero no tengo tiempo.... corro, corro, corro... sin dejar de pensar, persigo mi ilusión, quiero estar ahí cuando él baje del tren, pero no sé en qué destino lo hará, ni si esa es mi parada, ni si está lejos o cerca, pero voy hacia ella, no puedo perder tiempo en pensarlo, no sé si llegaré, las cosas que quiero están en ese vagón, en esas maletas, en nuestros abrigos, gorros y bolsos, en los que hemos metido nuestras miradas, nuestras vidas, confesiones, miedos, tristezas, esperanzas...
y una pregunta.

Todo está ahora en ese vagón, tengo que alcanzarlo porque quiero seguir compartiéndolo... me desespero mientras corro...

Despierto. Maldito sueño encriptado. Me da miedo descifrarlo. Él aún está conmigo. Me espera un viaje de vuelta. Reordeno mi maleta, recojo mis gorros, mis bolsos, mis días más vividos y me despido. Doy las gracias por esa pregunta. La respuesta llegará sola, estoy segura. La responderé en mi próximo sueño.