31/10/10

Lula: la esperanza venció al miedo, 10 años después

Todas las opiniones que hemos podido recoger durante la elaboración de este trabajo
coinciden en destacar el gran momento de esperanza que vive Brasil tras la victoria
de Lula: desde el que consideramos sin duda el movimiento actualmente más
poderoso de América Latina, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra1, el
IBase -Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Económicas-, intelectuales de
izquierdas como Frei Betto2, y todos los movimientos sociales que han mostrado su
apoyo a Lula, como la CONTAG -Confederação Nacional dos Trabalhadores na
Agricultura-, la CUT –Central Única dos Trabalhadores- y el propio Partido de los
Trabajadores, el PT, vencedor después de tres intentos con Lula como candidato,
ahora presidente electo de Brasil, quien enfatizó en su primer discurso a la nación
tras la victoria que su país “está cambiando en paz, y lo más importante es que la
esperanza le ganó al miedo, Brasil votó sin miedo de ser feliz".

La victoria de Lula supone todo un acontecimiento histórico a la vez que un reto para
el que será el nuevo presidente de Brasil tras su investidura el próximo 1 de enero. El
mismo reconoció que la “responsabilidad” de dirigir los destinos de su pueblo “es
muy grande”. “Es necesario convocar a toda la sociedad, a los hombres y mujeres de
bien, a toda la sociedad, a los empresarios, a los sindicalistas, los intelectuales y los
trabajadores rurales, para construir un país más justo, fraterno y solidario"4.

El amplio programa de gobierno de Lula se basa en una política de crecimiento
económico que logre reducir las enormes desigualdades existentes en el país, para lo
que el PT propone un modelo de desarrollo alternativo junto a la democratización
del estado y de las relaciones sociales, así como la disminución de la dependencia
externa5. Este nuevo pacto social supone una reforma tributaria, laboral, política, de
previsión social y la fundamental reforma agraria. El programa “Un brasil para todos”
contiene además medidas para el desarrollo y la distribución de la renta, la
protección social a través de medidas como la garantía de una renta mínima –

orientada hacia una política de renta básica6-, y otras orientadas a la salud, la
educación y la asistencia social. Por último, el programa gubernamental resume las
medidas referentes a infraestructura y desarrollo sostenible, destacando la
protección de la diversidad medioambiental y cultural brasileñas. El plan de gobierno
en este punto se orienta claramente hacia una descentralización que promueva la
participación social en acciones de desarrollo local y regional, así como un desarrollo
urbano y un uso de energía respetando el impacto medioambiental. 
No obstante, Lula advirtió que la compleja situación que vive su país no podrá ser
resuelta de la noche a la mañana "con pases de magia". Y es que sólo el programa
agrario pretende una modernización de la agricultura brasileña asentando una
agricultura familiar que representa el 33% del país7, respetando la seguridad
alimentaria a la vez que manteniendo la capacidad exportadora y permitiendo el
desarrollo social del mundo rural. La necesaria expropiación de tierras para lograr la
soberanía alimentaria del Brasil se encontrará sin duda con la oposición de la
oligarquía latifundista que goza de un poderoso estatus económico. Además, Lula
debe encontrar los recursos económicos suficientes para llevar a cabo estas medidas
sin desatender una evidente presión social por resolver otros problemas de índole
educacional y sanitaria.

No hay que olvidar tampoco que Lula tiene minoría parlamentaria y que no cuenta –
por el momento- con el apoyo ni de las fuerzas armadas del Brasil ni con la derecha
conservadora de Estados Unidos y su política de hegemonía mundial, donde Brasil
tiene un importante factor geoestratégico. 

Contra estas limitaciones, Lula deberá buscar grandes alianzas sociales para generar
una voluntad real de transformación social y económica que derive en una
estabilidad durante la aplicación del programa de gobierno. Para ello, Lula tiene a
partir del 1 de enero cuatro años por delante. 




Introducción al Dossier de Actualidad: LA ESPERANZA VENCIÓ AL MIEDO REFORMA AGRARIA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA EN EL  BRASIL DE LULA. 
CERAI, 2002