Otra vez lloramos muertos en la jornada de reflexión. Golpe duro a la vida y a la democracia. Otra vez vamos a votar con dolor, con profundo dolor. La voluntad de unos pocos intenta imponerse, una vez más, sobre una mayoría que quiere la paz y la libertad. Habrá que sobreponerse y responder con el arma del voto. Es lo único que podemos hacer. Y exigir a nuestros gobernantes cordura. Dejar la sinrazón y la justificación absurda para los terroristas. Porque los demás somos de otra pasta. Y que no nos tengamos que avergonzar de nosotros mismos. Es lo único que pedimos y lo pedimos por favor.